Una
característica central de las conductas adictivas es la pérdida de control.
Quienes las padecen no tienen control sobre ellas, aparte que éstas les
producen dependencia, tolerancia, síndrome de abstinencia y una incidencia
negativa muy importante en su vida, que va a ser en muchos casos la causa de
que acudan en busca de tratamiento o les obliguen a buscarlo.
Gossop (1989)
definió como elementos característicos de una adicción:
1.
Un fuerte deseo o un
sentimiento de compulsión para realizar la conducta particular (especialmente
cuando la oportunidad de llevarla a cabo no está disponible).
2.
La capacidad deteriorada para
controlarla (especialmente en términos de controlar su comienzo, mantenimiento
o nivel en el que ocurre).
3.
Malestar y estado de ánimo
alterado cuando la conducta es impedida o reprimida.
4.
Persistir en ella a pesar de
la clara evidencia del grave daño que produce.
En la misma
línea, Echeburúa (1999) considera como características principales de las
conductas adictivas la pérdida de control, la fuerte dependencia psicológica,
el desinterés por otras actividades gratificantes y la interferencia grave en
la vida cotidiana. (Oblitas 2010).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario