La enuresis se ha
observado en diferentes países europeos, africanos y asiáticos, así como en
Estados Unidos. A nivel nacional, las tasas de prevalencia son notablemente
similares y hay una gran similitud entre las trayectorias de desarrollo
encontradas en los diferentes países. Hay tasas muy altas de enuresis en los
orfanatos y en otro tipo de internados, lo cual está probablemente relacionado
con el modo y el ambiente en que se produce el aprendizaje para ir al baño.
La enuresis
nocturna es común entre los niños. La incontinencia diurna es más frecuente
entre las niñas. El riesgo relativo de tener un hijo que desarrolle enuresis es
mayor cuando el padre ha sido enurético que cuando la madre ha sido enurética.
El grado de
deterioro asociado a la enuresis está condicionado por las limitaciones de las
actividades sociales del niño (p. ej., no poder ir de campamentos) o por los
efectos sobre su autoestima, el grado de ostracismo social al que lo someten
sus compañeros y el enfado, castigo y el rechazo por parte de los cuidadores.
Para realizar el
diagnóstico diferencial no hay que confundirlo con:
Vejiga neurogénica u
otra afección médica. El diagnóstico de enuresis
no se realiza cuando existe una vejiga neurogéna u otra afección médica capaz de causar
poliuria o urgencia (p. ej., una diabetes mellitus
no tratada o la diabetes insípida), ni durante una afección aguda de la vía
urinaria. Sin embargo, el diagnóstico es compatible con dichas afecciones si la
incontinencia urinaria ya era habitual antes de la aparición de las otras
afecciones médicas o si persiste después de haber instaurado un tratamiento
correcto de las mismas.
Efectos secundarios de
la medicación. La enuresis puede aparecer durante
el tratamiento con medicación antipsicótica, diuréticos y otros fármacos
capaces de producir incontinencia. En ese caso, el diagnóstico no debe hacerse
aisladamente, sino que puede constar como efecto secundario de la medicación.
Sin embargo, se puede realizar un diagnóstico de enuresis si la incontinencia
urinaria ya era habitual antes del tratamiento con la medicación.
Aunque la mayoría
de los niños no presenta un trastorno mental comórbido, la prevalencia de
síntomas conductuales comórbidos es mayor en los niños con enuresis que en los
niños sin enuresis. En una parte de los niños con enuresis también se producen
retrasos del desarrollo del habla, del lenguaje, del aprendizaje y de las
habilidades motoras. Puede haber encopresis, sonambulismo y trastorno de
terrores nocturnos. Las infecciones de las vías urinarias son más frecuentes en
los niños con enuresis, especialmente en el subtipo diurno, que en los niños
que contienen la orina.
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