Son tres las
principales estrategias de aproximación que se utilizan para prevenir los
procesos de recaída en las adicciones: de apoyo social, de cambio de estilo de
vida y la cognitivo-conductual. Sin embargo, se ha comprobado que esta última
es la más eficaz; sus técnicas se orientan a aumentar la autoeficacia, mejorar
el control de impulsos, favorecer la reestructuración cognitiva y mejorar las
estrategias de toma de decisiones. Las estrategias dirigidas al cambio de
estilo de vida están diseñadas para fortalecer la capacidad global de
afrontamiento del paciente y a reducir la frecuencia e intensidad de los
impulsos y deseos irresistibles de jugar que a menudo son el producto de un
estilo de vida desequilibrado. Otras técnicas que han demostrado su eficacia
son los programas de reestructuración cognitiva, el entrenamiento en
identificación y control de estímulos, exposición a estímulos en vivo (reales)
o imaginarios, detención del pensamiento, condicionamiento encubierto,
programas de refuerzo externo, etc. Si en una situación de alto riesgo el
paciente anticipa lo que le puede ocurrir (por ejemplo, cuando pasa por delante
del bar en el que habitualmente jugaba o ante el barrio en el que adquiría la
sustancia) y tiene una sensación extraña semejante a la que experimentaba
cuando entraba y jugaba o consumía la droga, puede poner en marcha distintas
estrategias para afrontarla, específicamente cuando tiene urgencias, para así
poder hacerle frente y no caer o recaer en su problema adictivo. (Oblitas,
2010).
Hospital Médica Sur:
Puente de Piedra No. 150. Torre I Consultorio 430 4to. Piso Col. Toriello
Guerra, Tlalpan. C.P. 14050. México, D.F. Tel. 5524-3051.
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