Se acepta que el autoengaño puede
tener un valor de supervivencia en ambientes muy nocivos. Pero genera cegueras
permanentes para ciertos aspectos de la realidad, y esta ceguera artificial
produce comportamientos que se alejan de lo auténtico, por lo que en vez de
resolver situaciones problemáticas provocan que éstas se compliquen y acumulen.
Ello ocurre tanto en la esfera individual como el engaño colectivo, los
comportamientos basados en mentiras se prolongan y generan crisis que se
agravan y llegan a ser insolubles.
La lucha entre la tentación del
autoengaño y la búsqueda incesante de verdad han sido endémicas en el hombre, y
el triunfo nunca ha correspondido de manera completa a ninguna de las dos. Sin
embargo, la salud mental individual y social están fundamentadas en el
predominio de lo verdadero.
El adolescente está animado por un
deseo natural de autenticidad, pero si el enfrentamiento con la falsificación
es , ese deseo resulta derrotado, se generará irremediablemente la angustia, la
desesperanza, la corrupción o la delincuencia. Si, en cambio, la voluntad de
veracidad se impone, crecen las posibilidades de lograr una personalidad bien
integrada, que permite comportamientos confiables y una vida productiva y
respetable. Si el conflicto entre verdad y autoengaño no se resuelve, el
estancamiento resultante impide la recuperación o la estructuración de
comportamientos que conducirían al equilibrio (Robles, 2012).
Hospital Médica Sur:
Puente de Piedra No. 150. Torre I Consultorio 430 4to. Piso
Col. Toriello Guerra,
Tlalpan. C.P. 14050. México, D.F.
Tel. 55-24-30-51. www.terapiainfantilyjuvenil.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario