Para tratar de superar la angustia,
los sujetos suelen recurrir al mecanismo psicológico llamado bloqueo. “… a fin
de evitar la angustia bloqueamos partes cruciales de nuestra conciencia, es
decir, creamos puntos ciegos. Este diagnóstico se aplica tanto al autoengaño,
como al engaño compartido”(Goleman, 1997).
Las frustraciones repetidas en el
desarrollo del niño y el adolescente, por presencia de situaciones que se
oponen a la satisfacción de sus necesidades, facilita la aparición de mentiras
y ensoñaciones que disminuyen la angustia, pero que son incapaces de sustituir
las condiciones saludables de desarrollo, por lo que este se atasca o desvía.
Los mecanismos de autoengaño, tergiversan y generan embrollos que enredan la
realidad y disminuyen la capacidad de solución de problemas.
El autoengaño se presenta en
diferentes grados y diversos estilos, -no únicamente durante la adolescencia
sino en todas las edades- y deja inmersa a la gente en inoperantes ambientes
esotéricos. Al proceder según lineamientos falsos, la conducta se estanca en
círculos viciosos de carácter destructivo de los que resulta un yo débil, que
procede de manera confusa, indecisa e inefectiva.
Hospital Médica Sur:
Puente de Piedra No. 150. Torre I Consultorio 430 4to. Piso
Col. Toriello Guerra,
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