Los terrores
nocturnos pueden alarmar bastante a los padres, que suelen sentirse impotentes
al no poder consolar a sus hijos. La mejor forma de reaccionar ante un terror
nocturno es esperar pacientemente a que pase y asegurarse de que el niño no se
hace daño al agitarse. Generalmente los niños se tranquilizan y vuelven a la
placidez del sueño al cabo de pocos minutos.
Es mejor no
intentar despertar al niño durante un terror nocturno. Esos intentos no suelen
funcionar y, en el caso de que funcionen, lo más probable es que, al
despertarse, el niño se sienta desorientado y confundido, por lo que
probablemente le costará más tranquilizarse y volver a conciliar el sueño.
Los terrores
nocturnos no tienen tratamiento, pero usted puede contribuir a que no sucedan en
primer lugar. Pruebe lo siguiente:
Reduzca el
estrés a que está sometido su hijo.
Establezca y
mantenga una rutina para antes de acostar a su hijo que sea simple y relajante.
Asegúrese de
que su hijo descansa lo suficiente.
No permita
que su hijo se canse demasiado estando levantado hasta tarde.
Entender los
terrores nocturnos puede reducir las preocupaciones de los padres y ayudarles a
dormir bien por las noches. Pero, si su hijo tiene terrores nocturnos
repetidamente, hable con el pediatra del niño por si fuera preciso consultar a
un especialista en sueño.
José María Rico 121-501. 5to.
Piso Col. Del. Valle. C.P. 03100. México, D.F.Tel.
55-24-30-51. juancarlosvallen@hotmail.com www.terapiainfantilyjuvenil.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario