Los sentimientos de irrealidad en su
dinámica normal en los adolescentes, se da en el cambio de roles que la vida
les exige, tales como ser hijo, o alumno, o vecino, o hermano, o amigo, o
novi@, etc. En cada uno de estos casos se requieren cambios en la consciencia
de sí mismo y se encuentran facetas diferentes de la propia personalidad que es
necesario ir descubriendo.
También se producen modificaciones
en la autoconsciencia cuando se cambia radicalmente de ambiente, por ejemplo
durante estancias en países lejanos, o en cambios de domicilio a lugares muy
diferente al anterior.
Bellak (1993) refiere que un ejemplo
común de despersonalización leve, en el cual el cambio simultáneo de rol, lo
mismo que el de percepción de sí mismo y del ambiente, se hacen evidentes con
claridad, es el pánico escénico. La persona afectada no solo se siente como si
alguien más estuviera hablando o actuando y que la voz no suena como la suya
propia... Experiencias religiosas y estéticas intensas pueden también inducir
estos sentimientos.
El pánico escénico lo sufren no
solamente los actores: también pueden sufrirlo los comunicadores o los
políticos que dirigen a públicos numerosos o difíciles, y en general, puede
sentirlo cualquier persona en situaciones críticas. (Robles, 2012).
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