“...El ser humano
pasa por tres denticiones: la de leche, la mixta (presencia de dientes de leche
y permanentes) y la permanente. (Sánchez, S. 2012, pág. 164).
Con lo que
respecta a la primer dentición (los dientes de leche), se sabe que en términos
generales alrededor de los 3 años de vida ya aparecieron los 20 dientes de
leche. Una de las coincidencias entre la odontología y la psicología es que aproximadamente
cuando ya aparecieron todos los dientes de leche es cuando se logra la constancia objetal (cuarta y última
subfase del proceso de Separación-Individuación. Mahler, 1975); es decir, la
integración de las imágenes mentales en una misma representación mental (por
ej., que la misma mamá que apapacha es
la misma mamá que frustra, pero no son aisladas dichas vivencias como
anteriormente lo eran).
Dicho logro es
crucial en el desarrollo del niño ya que al integrar las representaciones
mentales “buenas” y “malas” en una misma representación total (“buenas-malas”),
esto hace que los niños puedan ir modulando más adecuadamente sus afectos; que puedan
tener vivencias más balanceadas y consecuentemente no irrumpan en
comportamientos tan extremistas como cuando no las han integrado. En dicha integración
es muy importante el predominio de vivencias “buenas” sobre las “malas” lo cual
facilitará el poder tener confianza en uno mismo y en los demás.
El Dr. Sánchez Cordero
(2012) en su libro “El día de las coronas de los niños” habla de los cofrecitos
mágicos que se resguardan en la torre de luz, dichos cofrecitos mágicos se
encuentran destinados para ir guardando cada diente de leche que los niños
pierden en el transcurso de su desarrollo; el ratón y el hada de los dientes se
encargan de recogerlos y guardar cada diente en los respectivos cofrecitos
mágicos de cada niño los cuales iluminan la torre; es decir, estos personajes
recogen lo “bueno”, las vivencias “buenas”, los momentos felices, tiernos, etc.
y los conservan para siempre; resguardan lo mejor de cada uno y justamente en
el desarrollo emocional es muy importante que predominen las representaciones
mentales “buenas” sobre las “malas”, quedarse con lo “bueno” implica salud
mental, tener la capacidad para amar a los demás y para mantener una adecuada autoestima.
“...los niños
necesitan saber que existe un lugar indestructible donde pueden guardar sus
emociones (cofrecitos mágicos) que los hace sentirse protegidos contra un
entorno adverso”.
Sánchez, S. (2012). “El día de las coronas de los
niños”. México, D.F. : Sergio Pablo Sánchez Cordero Dávila. Autor-Editor
www.hadayraton.com
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