H.J. Eysenck
además de describir las características asociadas con neuroticismo y ansiedad,
también se ocupó de formular teorías para explicarlas. En 1967 propuso la que
se denomina “teoría del arousal”. Según ésta, las dos dimensiones principales
de la personalidad (extroversión y neuroticismo) tienen base biológica, en las
estructuras del sistema nervioso a saber, la extroversión en el sistema
reticular activador ascendente (SRAA) y el neuroticismo en el sistema límbico
(SL). El SRAA es una estructura nerviosa que se encuentra en el tronco del
encéfalo, que recibe proyecciones procedentes de las vías sensoriales y que
proyecta otras sobre la corteza cerebral. Su función consiste en enviar
impulsos a la corteza para activarla y facilitar el procesamiento que ésta hace
de las señales sensoriales que también recibe. Se trata de un sistema de
activación relacionado con los ritmos sueño-vigilia. Las personas con baja
extroversión (introvertidas), se caracterizan por umbrales de activación menores
en el SRAA que aquellas con alta extroversión. Esto es, su SRAA se pone en
marcha y activa la corteza cerebral ante estímulos de baja intensidad, mientras
que las personas extrovertidas precisan que éstos sean mayores para activar su
SRAA y para que éste, en consecuencia, envíe señales de activación a la corteza
cerebral.
Esas diferencias
biológicas están en la base de distintas personalidades de unos y otros. Existe
una relación entre la activación y rendimiento que tiene forma de U invertida,
fenómeno que se conoce como ley de Yerkes-Dodson, la cual sostiene que para
cada tarea existe un nivel óptimo de activación en la se obtiene el máximo
rendimiento, por encima y por debajo del cual éste empeora. Las tareas fáciles
tienen un nivel óptimo de activación superior al de actividades complejas. Se
necesita más activación para encontrar la motivación necesaria que permita
realizar una tarea fácil; en cambio las difíciles requieren más tranquilidad
para su aforntamiento.
En relación con
la personalidad, los individuos introvertidos están crónicamente más activados
que los extrovertidos, debido a los menores umbrales de su SRRA, es decir, se
encuentran de manera natural muy cerca de su nivel óptimo de activación. En
cambio, las personas extrovertidas se encuentran crónicamente subactivadas y
buscan situaciones estimulantes que les lleven cerca de dicho óptimo. La
interacción social es una de las situaciones que general mayores niveles de
activación; en consecuencia, las personas introvertidas prefieren actividades
que puedan ser realizadas en aislamiento, prefieren leer que ir a fiestas, etc.
Los extrovertidos buscan estimulación y encuentran ésta muchas veces en la relación social. También
son dados a actividades de riesgo, búsqueda de sensaciones, etcétera.
La base biológica
del neuroticismo, como se decía anteriormente se encuentra en el sistema
límbico (SL), estructura nerviosa directamente relacionada con la experiencia
de las emociones. El temor, así como la ansiedad, tienen su origen en el
funcionamiento del SL. Las personas altas en N se caracterizan por tener
umbrales de estimulación menores que las personas bajas en N para activarla. En
consecuencia, situaciones que a una persona baja en N no le producirían temor o
ansiedad, pueden hacer que una persona alta en N sí las experimente. El SRAA y
el SL son sólo parcialmente independientes, puesto que existen conexiones entre
ambos, lo cual permite que el SL también pueda producir activación cortical.
Sin embargo, su principal efecto es la activación del sistema nervioso autónomo
(SNA).
La línea
explicativa de Eysenck, basada en la apelación de mecanismos del nivel
biológico, ha hecho que proliferen estudios en los que se ha sometido a prueba
empírica mediante la utilización de variables psicofisiológicas. Algunas de
estas investigaciones han empleado medidas centrales, como la actividad
electroencefalográfica (EEG) o los potenciales evocados, mientras que otras han
estudiado medidas autonómicas como la tasa cardiaca, la actividad
electrodermal, etcétera.
También se han
estudiado otros indicadores del arousal, aunque en menor medida que en las
anteriores. Por ejemplo, la dilatación de la pupila, donde ante la presentación
de un estímulo luminoso, normalmente se produce una contracción de la pupila de
origen parasimpático, seguida por una lenta dilatación causada por la actividad
simpática. Se ha observado una más lenta contracción pupilar en los
extrovertidos, que ha sido interpretada como indicadora de un menor arousal que
en los sujetos introvertidos.
Asimismo, se ha
observado que la dilatación pupilar previa a la estimulación es mayor en los
introvertidos, al igual que se produce tras la presentación de estímulos
auditivos, tanto neutros como cargados emocionalmente. (Oblitas, L. et al., 2010).
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soy alto en aurosal entonces, joder, quiero ser extrovertido
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