Existen muchas maneras de educar a
un hijo, desde la más “retrogradas” hasta aquellas que parecen apoyar su
estabilidad y su fuerza. Existen muchas experiencias positivas que los padres
pueden transmitir a sus hijos, así como hay acontecimientos potencialmente
dañinos en el mundo exterior de los cuales todos los niños deberían estar
protegidos. Los niños nacen con ciertas cualidades, con cierto estilo y
tendencias, con ciertos elementos “dados”, su naturaleza se relacionará con la
educación que recibe de una manera única y a veces impredecible. Esta
interacción ocurre no solamente en el exterior sino también en el interior. Así,
no se trata sólo de la experiencia de una persona, sino de la manera en que
ésta asimila esa experiencia, la cual adquiere para ella un significado
psicológico.
Todos los seres humanos aprendemos a
base de experiencias; y la educación que se recibe de una generación a otra va
cambiando en la medida en que el individuo se va superando. A nadie le enseñan
a ser padre; sin embargo, en lugar de sentirse culpables o indefensos, existen
limites a lo que los padres pueden hacer. Es muy importante tener claro que
tanto en el mundo exterior como en el interior, existen peligros para la vida
de los hijos y aunque los padres intenten desesperadamente protegerlos,
evitarles peligros sobre los cuales no tienen control, es vital darles la
oportunidad de crecer. “Nadie experimenta en cabeza ajena”. A manera sencilla,
sugiero sea uno congruente con lo que se dice y con lo que se hace; manteniendo
un frente común ambos padres en cuanto a las decisiones que se tomen para que
de esta forma se ayude a los hijos a adquirir un mejor desarrollo sin
confundirlos. No existe una fórmula universal para educar a los hijos; sin
embargo, es muy importante tener presente que siendo seres humanos somos
falibles y por lo tanto el poder ir adquiriendo consciencia de los errores que
se cometen, así como tolerancia y comprensión, ayudará enormemente a todos los
que nos rodean.
“La incapacidad de adaptación
cuidadosamente calibrada de la madre, su fracaso en darle todo lo que necesita,
permite que su hijo... aprenda lentamente a tolerar sus frustraciones, a
adquirir un sentido de la realidad y aprender a conseguir lo que necesita por
sus propios medios”. (Winnicott 1964).
Hospital Médica Sur:
Puente de Piedra No. 150. Torre I Consultorio 430 4to. Piso
Col. Toriello Guerra,
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Tel. 5524-3051. www.terapiainfantilyjuvenil.mx
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