La depresión tiene dos componentes:
la tristeza y la preocupación. La primera es integrante emocional y la segunda
es integrante cognitivo; ambos, la tristeza y la preocupación son
manifestaciones en general normales.
La preocupación es saludable porque
su razón de ser está en la necesidad de resolver problemas que todos tenemos
todos los días. Se manifiesta como actividad combinatoria de ideas, como
trabajo para lograr construcciones internas, como elaboraciones reflexivas que
conducen al esclarecimiento de situaciones confusas y a la localización de
alternativas más eficientes de acción.
Sin embargo, en algunos casos, la
preocupación se transforma en disfuncional. Ello ocurre cuando el adolescente
tiene muy pocas posibilidades de resolver problemas, aunque les dedique
esfuerzo e ingenio, por limitaciones autoritarias impuestas por los padres, por
carencias económicas severas de la familia, o por algunas otras situaciones
insalvables. Cuando el peso de las circunstancias adversas es demasiado grande
y se sobrepone a la voluntad de acción y a la inteligencia de la muchacha o el
muchacho, entonces la preocupación se convierte en frustración, confusión y
tristeza (Robles, 2012).
Hospital Médica Sur:
Puente de Piedra No. 150. Torre I Consultorio 430 4to. Piso
Col. Toriello Guerra,
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