La tristeza se convierte en
perturbación cuando conduce a baja autoestima –como cuando alguien se siente
culpable de todo, o sobrestima la importancia de los obstáculos que debe
enfrentar, o subestima sus propias capacidades--, a ansiedad, a apatía, y como
consecuencia a reducción de la capacidad de concentración y de aprendizaje, a
bloqueo de la capacidad de disfrute y a descenso crónico del nivel de
actividad; puede manifestarse también cefalea tensional, que consiste en dolor
de los músculos que rodean la cabeza. En estos casos la tristeza deja de estar
ligada al incremento de la reflexión y ya no apoya la solución de problemas,
sino provoca sufrimiento, y comienza a operar como un problema en sí misma. Si
los síntomas son leves se puede hablar de distimia o depresión menor, pero si
son frecuentes y severos se puede tratar de depresión mayor, la cual puede
durar desde pocas semanas, hasta muchas décadas, si no se le atiende.
Hospital Médica Sur:
Puente de Piedra No. 150. Torre I Consultorio 430 4to. Piso
Col. Toriello Guerra,
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