Finch (1962)
considera a la encopresis o incontinencia fecal como un síntoma que se debe
muchas veces a la continuidad de una fase evacuativa rebelde. El niño que
presenta este síntoma ha conseguido seguir resistiendo a las medidas de
educación evacuativa tomadas por sus padres. La encopresis se observa
comúnmente en niños preescolares, pero puede persistir hasta mucho después y su
presencia en los niños escolares tiene un pronóstico más serio. En raras
ocasiones la incontinencia de las heces persiste hasta la adolescencia, en cuyo
caso su significado es más grave todavía. Cuando el niño que tiene estos
síntomas llega a la edad escolar muchas veces trata de ocultar sus deposiciones
escondiendo la ropa interior sucia detrás de los muebles o en los roperos.
Pichot (1992)
define dentro de los trastornos de la eliminación a la encopresis funcional
como: “...el síntoma esencial es el evacuado de heces de consistencia normal o
casi normal de forma repetida, involuntaria o voluntaria, en lugares no
apropiados para este propósito, no debido a ningún trastorno somático”.
López-Ibor
(2003) refiere en el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales Texto revisado (DSMIV-TR) que “...la característica esencial de la
encopresis es la emisión repetida de heces en lugares inadecuados (p. ej., la
ropa o el suelo) (Criterio A). En la mayor parte de los casos esta emisión
puede ser involuntaria, pero en ocasiones es intencionada. El hecho debe
ocurrir por lo menos una vez al mes durante 3 meses como mínimo y la edad (Criterio
B), y la edad cronológica del niño debe ser por lo menos de 4 años (o, para los
niños con retraso del desarrollo, una edad mental mínima de 4 años) (Criterio
C). La incontinencia fecal no puede deberse exclusivamente a los efectos
fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., laxantes) ni de una enfermedad
médica, excepto por algún mecanismo que implique estreñimiento (Criterio D)”.
“...Cuando la
emisión de heces es más involuntaria que intencionada suele ir asociada a
estreñimiento, ventosidades y retención con rebosamiento consiguiente. El
estreñimiento puede producirse por razones psicológicas (p. ej., ansiedad al
defecar en un lugar concreto o un patrón más general de ansiedad o de
comportamiento negativista), lo que conduce a una evitación de la defecación”.
(López-Ibor 2003, pag. 134).
Por lo tanto,
es muy importante aclarar que la encopresis va más lejos que su aparente
manifestación, no es simplemente el hecho de la incontinencia fecal; en
realidad tiene un trasfondo más importante.
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