martes, 25 de febrero de 2014

Algunas causas para que se de una sobrevaloración de la autoestima en los jóvenes (1)


            Para que se integre un yo narcisista Robles (2011) refiere que existen varias causas entre las cuales destacan las siguientes:

ü  Sobreprotección materna o paterna, la cual es al mismo tiempo limitante de la autonomía y proveedora excesiva de suministros narcisistas, es decir, de alabanzas reiteradas de inteligencia, sensibilidad, obediencia, gracia o belleza de la muchacha o el muchacho. Recibir estos suministros obsequisos de parte de los padres habitúa al adolescente a esperar los suministros de parte de todas las personas que lo rodean y lo lleva a sentirse frustrado cuando no es capaz de obtenerlos. Pero en el inconsciente narcisista subyace una sensación de incompetencia y angustia. Se produce entonces la paradoja de ansiar las alabanzas de la gente y temer al mismo tiempo el contacto social por temor a no ser merecedor de las mismas. Ello constituye un grave bloqueo al desarrollo del autoconocimiento y del conocimiento de los demás. Esta sobreprotección y sobrealabanza constituye una de las bases de numerosas manifestaciones neuróticas de adolescentes de clase media y alta en el medio urbano mexicano.

ü  Carencia de modelos de comportamiento de los cuales aprender manifestaciones equilibradas de respuestas a las circunstancias de vida. De aquí que la falta de integración personal de los padres trascienda a esta configuración defectuosa de los hijos. Nuevamente nos encontramos con el hecho de que las malformaciones emocionales parentales, integran una especie de herencia.

Palacios (1989) refiere: “Los trastornos narcisistas de la personalidad cuentan, además, con la adicional desgracia de no haber encontrado un espejo adecuado para modelar una autoimagen saludable; al no encontrar ese espejo indispensable para el buen desarrollo se convierten en buscadores permanentes de espejos que les permiten conocer su rostro, en el sentido azteca”. (Agustín Palacios alude aquí a Tezcatlipoca, el espejo humeante en el cual puede verse el rostro interior de las personas).

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