El autoconocimiento y la idea de sí
mismo se va formando a lo largo de toda la vida, pero con especial intensidad
durante los primeros años. Al nacer el niño va reconociendo primero su propio
cuerpo, y durante algunas semanas es prácticamente autista, en el sentido de
que su propio ser y sus propiocepciones son el objeto de su atención y de sus
aprendizajes. Es interesante mirar a un niño de pocas semanas examinar
atentamente sus propios dedos, que en ese momento son un objeto interesante y
desconocido de aprendizaje. Y así progresivamente todas las partes de su
cuerpo. (Robles, 2012).
Es la madre normalmente el segundo
objeto de conocimiento y enseguida, paulatinamente, todo lo que le rodea. Esta
actividad cognitiva está acompañada siempre de emociones agradables o
desagradables; éstas provienen de diversas fuentes y se combinan de múltiples
maneras; es el cariño y la aceptación materna, principalmente, lo que da cuerpo
a un ambiente emocional positivo en el que la personalidad del niño puede
integrarse sanamente. De aquí que se acepte en psiquiatría que es la relación
con la madre la primera y más importante generadora de salud mental, o de
enfermedad.
Hospital Médica Sur:
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Col. Toriello Guerra,
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