La organización mundial de la salud (OMS) propone que los
programas para impartir a los adolescentes educación sobre salud sexual y
reproductiva deben ir combinados con otros programas que los inciten a aplicar
lo aprendido en su vida cotidiana, y también con medidas para que accedan
fácilmente a cualquier servicio de salud preventiva o curativa que necesiten y
sean atendidos por personal sanitario competente y comprensivo. Para combatir
la coacción sexual en la adolescencia hay que actuar a varios niveles. Conviene
promulgar y aplicar enérgicamente leyes que castiguen con dureza estos delitos
y movilizar a la opinión pública para que ejerza una intransigencia feroz ante
semejantes actos. Conviene asimismo proteger a las niñas y mujeres del acoso y
la coacción sexuales en establecimientos educativos, lugares de trabajo y otros
escenarios de la vida en comunidad.
Para prevenir embarazos precoces puede ser necesario promulgar y
hacer cumplir leyes que fijen una edad mínima para el matrimonio y tratar de
mentalizar a familias y comunidades para que concedan a las niñas el tiempo
necesario para crecer y desarrollarse, dejar atrás la niñez y llegar a ser
mujeres antes de convertirse en esposas y madres. Junto con ello, los servicios
de salud deben estar preparados para prestar la necesaria atención prenatal a
las adolescentes embarazadas o practicar abortos en condiciones seguras cuando
la ley lo permita. Prestar una atención eficaz durante el embarazo es
importante para asegurar la supervivencia de la madre y el bebé y prevenir
problemas como las fístulas.
Hospital Médica Sur:
Puente de Piedra No. 150. Torre I Consultorio 430 4to. Piso
Col. Toriello Guerra,
Tlalpan. C.P. 14050. México, D.F.
Tel. 5524-3051. www.terapiainfantilyjuvenil.blogspot.mx
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