1-. Enseñarle una forma en la
cual se sienta productivo. Ejemplo: si su hij@ se la pasa
dando “vueltas sin parar” a la sala en la hora de la comida, enséñele una forma
en la que se sienta productivo:
“…porque
no mejor me ayudas a poner la mesa”.
–--Enséñelo
a cooperar en la casa---.
2-.
Exprésele de manera decidida su desaprobación. Mismo
ejemplo: en lugar de decirle que parece una bestia salvaje dándole vueltas a la
sala y lo castigue, dígale “…¡No me agrada para nada que estés dando vueltas
sin parar, es desagradable para los demás” (No lo menosprecie ni lo agreda).
3-. Señálele lo que le gustaría
que hiciera él:
Mismo ejemplo “…me gustaría que me ayudes poniendo la mesa y así comemos más
pronto”. No suponga que su hij@ supone que sabe lo que usted espera de él
en un determinado momento, mejor, en tono de ayuda, sin gritos, ni peleas,
indícale claramente lo que espera usted que haga.
4-. Enseñarle cómo hacer las
cosas de la manera adecuada: Mismo ejemplo “…ahora necesito que
pongas los cubiertos de esta forma, y dime cuando hayas acabado”. –A
través de imitar un comportamiento se da
el primer paso del aprendizaje--.
5-. Darle elección: Mismo ejemplo en vez de decirle “…¡si
continuas dándole vueltas a la sala te voy a castigar!”, ofrézcale una
alternativa: “…deja de correr, o te vas a tú cuarto o te sientas en la sala.
Tú eliges”. –La elección es un recurso eficaz. Que vea claramente los
efectos de sus decisiones--.
6-. Hacer una intervención
directa : Mismo ejemplo: si el niñ@ continúa corriendo, haciendo caso
omiso a la opción anteriormente mencionada, en lugar de castigarlo hay que
realizar una intervención directa: lo toma con firmeza, lo lleva a su cuarto y
le dice: “…veo que elegiste irte a tú cuarto”, y lo lleva al mismo.
--En ocasiones algunos niños pueden
hacer un berrinche espantoso, otros
simplemente se calmarán y no habrá mayor
problema . Lo que debe de quedar muy claro es que a usted no se le puede
ignorar--.
7-. Dejar que viva las
consecuencias de sus actos: Ejemplo, sí el niñ@ hizo el berrinche después de llevárselo a su
cuarto y usted al día siguiente lo ve hacer lo mismo, entonces, sin rollos ni
sermones, puede dejarlo que experimente las consecuencias de su mal comportamiento llevándolo a su cuarto nuevamente hasta que
se encuentre calmado.
José María Rico 121-501. 5to. Piso Col. Del. Valle. C.P.
03100. México, D.F.
Tel. 55-24-30-51. juancarlosvallen@hotmail.com www.terapiainfantilyjuvenil.mx
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