jueves, 17 de julio de 2014

Bullying: Cualquiera puede ser una víctima

            Este es uno de los diez principios fundamentales sobre el acoso escolar. En general, se sabe menos sobre las víctimas que sobre los bullies. A los niños y a las niñas se les “victimiza” muchas veces por su aspecto físico, sus gestos, o simplemente porque no encajan. De hecho, este último (el de “no encajar”) es, según un estudio, el motivo alegado con más frecuencia por el que un niño o una niña sufre abuso de sus iguales (Hoover y Oliver, 1996). Los pequeños y las pequeñas con algún tipo de discapacidad o afección crónica son destinatarios habituales del acoso. También son víctimas comunes los hijos y las hijas de madres y padres sobreprotectores o dominantes.

            La mayoría de las victimas son, o bien pasivas (ansiosas, inseguras, etc.) o bien provocadoras (irascibles, impacientes, etc.). Estas últimas corren también el riesgo de convertirse, a su vez, en acosadoras. Ahora bien, algunos de los pequeños que son víctimas de los acosadores no se ajustan a ninguna de esas dos categorías: los niños y las niñas de más talento o popularidad pueden ser también víctimas. Algunos compañeros o compañeros suyos los consideran unos “barberos” de los maestros y deciden atormentarlos para que cambien su comportamiento. Ni que decir que esta clase de acoso está posiblemente basada en los celos o la envidia.

            Las investigaciones realizadas muestran que los niños y las niñas que son víctimas frecuentes de acoso son los que tienen una mayor probabilidad de “recompensar” a los bullies física o emocionalmente (dándoles el dinero que llevan para su almuerzo, por ejemplo, o rompiendo fácilmente a llorar) y los que menos dispuestos se muestran a contraatacarles.

            A corto plazo, es posible que las víctimas tengan miedo y se sientan solas, y traten a menudo de evitar aquellas situaciones en las que pueden ser acosadas. A largo plazo, los niños y las niñas “victimizados” empiezan a perder autoestima o a considerarse inferiores y su rendimiento académico se resiente. Los hay que acaban creyendo que se merecen los abusos, un fenómeno también conocido en víctimas de abusos domésticos. Con el tiempo, una persona acosada puede desarrollar una mentalidad de víctima que se convierta en un rasgo permanente de su psique. Este tipo de víctimas precisa de la ayuda de un terapeuta u orientador profesional.

            Los niños y las niñas que son objeto de acoso se enfrentan también a un mayor riesgo de depresiones y suicidios que sus otros compañeros y compañeras. Pueden llegar incluso a contemplar el suicidio como única vía de escape (Beane, 2006).

Hospital Médica Sur: Puente de Piedra No. 150. Torre I Consultorio 430 4to. Piso
Col. Toriello Guerra, Tlalpan. C.P. 14050. México, D.F.

Tel. 5524-3051. www.terapiainfantilyjuvenil.mx


No hay comentarios.:

Publicar un comentario