Entre los
factores ambientales que contribuyen al desarrollo de la conducta acosadora se
encuentran los siguientes (Batsche y Moore, 1992):
· La supervisión insuficiente
de los niños y los adolescentes. Hay que hacer
llegar a los pequeños y las pequeñas el mensaje de que la conducta acosadora no
está bien.
· La existencia de algún
tipo de “recompensa”. Cuando los padres, las
madres u otras personas adultas ceden ante un niño que se comporta de forma
molesta o agresiva, éste aprende a utilizar la intimidación y el abuso para
conseguir lo que quiere.
· La conducta agresiva en
el hogar. Hay niños y niñas que tienen más
probabilidades que otros de imitar los comportamientos agresivos. Cuando el
niño ve que unas personas adultas acosan a otras, adquiere las herramientas que
necesita para convertirse él mismo en un acosador.
· Los castigos físicos
severos. Los bullies
suelen atacar a otros niños o niñas más pequeños o más débiles siguiendo el
modelo de lo que les ocurre a ellos mismos en su casa. El peor castigo para un
niño acosador es el que tiene carácter físico.
· Los iguales abusivos. Es posible que los niños sean acosados por sus “amigos” o que se
vean inducidos a ese tipo de conductas para formar parte del grupo.
· El feedback negativo
constante. Los bullies tienen la sensación de que el mundo que les rodea es más
negativo que positivo. De ahí que recurran a comportamientos negativos para sentirse
importantes y llamar la atención.
· Las expectativas de
hostilidad. En muchos sentidos, la filosofía del
acosador se reduce a que “la mejor
defensa es un buen ataque”. De ahí que pasen a la ofensiva antes de que
sean ellos los agredidos y que presuman que existe hostilidad allí donde no la
hay.
Hospital Médica Sur:
Puente de Piedra No. 150. Torre I Consultorio 430 4to. Piso
Col. Toriello Guerra,
Tlalpan. C.P. 14050. México, D.F.
Tel. 5524-3051. www.terapiainfantilyjuvenil.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario