La maduración hormonal normalmente
saca al muchacho de su preadolescencia autosuficiente y defensiva, así como de
continuamente estar re editando los momentos de su desarrollo inicial; la
muchacha es igualmente forzada a dar el paso hacia el desarrollo de la
feminidad. Antes de que la muchacha pueda dar este paso, es necesario que
abandone su recién adquirida identidad preadolescente, como la amazona,
enmascarada como la ninfa, la que durante algún tiempo la ha salvaguardado en
contra de la regresión hacia la madre de la temprana infancia.
Los muchachos y las muchachas buscan
en forma más intensa a personas que se encuentren fuera de la familia; es
decir, con esto se ha iniciado el proceso genuino de separación de los padres
de la temprana infancia. Este proceso atraviesa por varios pasos hasta que
finalmente establecen relaciones maduras con las demás personas. La
característica distintiva de la adolescencia temprana radica en desprenderse de
estos padres de la infancia temprana y ahora su energía se encuentra libre y
tiene urgencia de ser utilizada en otras relaciones personales que no sean los
padres.
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