Existen numerosos
métodos que pueden utilizarse para llevar a cabo la evaluación en psicología de
la salud infantil. Muchos de éstos aportarán información sobre uno o más
objetivos del modelo de evaluación anteriormente citado en el blog.
Entre los métodos
que más se emplean dentro de este campo se mencionan los siguientes:
a) Entrevista. La entrevista clínica es, tal vez, el método más común para reunir
información. Tiene la capacidad de evocar datos históricos y actuales en todas
las áreas: física, afectiva, cognitiva y conductual, respecto del paciente, su
familia, así como del sistema al cuidado de la salud y el medio sociocultural.
Permite la adquisición del auto reporte y datos observacionales directamente
del paciente, los miembros de su familia, otras personas significativas,
etcétera. El contenido y el estilo de las entrevistas individuales varían
dependiendo del objetivo (inestructurada, semiestructurada y estructurada)
regularmente depende de la preferencia personal del clínico, así como de los
límites del escenario y el tiempo.
Existen circunstancias en las cuales
entrevistar a los pacientes es imposible; ocasionalmente, el paciente está muy
ocupado o no lo suficientemente atento para atender las demandas de la
entrevista o el paciente es poco cooperativo; en tales casos, el clínico
requiere formas alternativas de evaluación, demorar la consulta o descontinuar
el proceso en ausencia de una mejor opción.
b) Cuestionarios. Los cuestionarios pueden
ser muy útiles. En el caso de pacientes no hospitalizados, se les puede dar
para que sean contestados en casa. Los cuestionarios son un mecanismo de
registro de datos sistemático que puede facilitar la investigación clínica
posterior y programar la evaluación. La forma y contenido del cuestionario
dependerán de la orientación teórica del clínico.
c) Diarios. Los diarios de los pacientes se usan comúnmente para registrar
conductas evidentes (tics, nivel de actividad, frecuencia de orina, uso de
medicamentos, etcétera) y encubiertas (pensamientos, sentimientos, presión de
la sangre, temperatura corporal). Se utilizan como medidas de línea base y como
técnica de tratamiento para promover el aprendizaje sobre antecedentes,
consecuencias y relaciones entre conductas externas e internas. Asimismo, se
emplean para medir la efectividad del tratamiento. Su uso en población pediátrica
está indicado con la supervisión de un adulto.
Existe controversia acerca de la
utilización de este método debido que se cuestionan su validez y confiabilidad,
pero continúan usándose clínicamente. Los diarios deben ser de uso fácil,
breves y discretos. Se debe entrenar al paciente en su uso. No todos los
diarios son elaborados por el paciente; la programación médica y psiquiátrica
son ejemplos de diarios llevados por el personal. (Oblitas, L. et al., 2010).
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