Los objetivos del paciente son:
a) Objetivos biológicos: Donde se analizan datos como la raza, la apariencia física, la
edad, el sexo, etcétera. Además, el psicólogo debe entender los síntomas
fisiológicos del paciente y la similitud o diferencia con los síntomas del
pasado. El evaluador tratará de obtener información sobre las especificidades
de la enfermedad particular, su localización y frecuencia de los síntomas, el
régimen de tratamiento en curso y el estatus de salud dentro del proceso de la
enfermedad.
Otras fuentes de información biológica
incluyen un examen físico y la investigación sobre el uso de medicamentos.
Además, es necesario que la historia clínica general del paciente incluya
enfermedades previas, información genética relevante, si ha tenido cirugías o
heridas, entre otros datos.
Dependiendo del problema, los objetivos
biológicos deberán también incluir anomalías asociadas con el sistema nervioso
autónomo o la actividad muscular (registros electromiográficos, lecturas de la
temperatura periférica, etcétera) obtenidas en condiciones de relajación o
descanso y en periodos de estrés.
b) Objetivos afectivos: La evaluación de las metas
afectivas incluye los afectos y el humor del paciente en ese momento, sus
elementos contextuales y características históricas. Además, el psicólogo de la
salud sabe que la evaluación estaría incompleta si no obtiene información de
los sentimientos del paciente acerca de su enfermedad, tratamiento, proveedores
del cuidado de la salud, apoyo social futuro y apoyo personal. Asimismo, se debe
obtener la historia de los desórdenes afectivos anteriores.
c) Objetivos cognitivos: La evaluación del funcionamiento cognitivo del paciente incluye
toda la información acerca de sus conocimientos, percepciones y actitudes, así
como el contenido y su patrón de pensamiento. Se debe estar consciente de las
habilidades y limitaciones del paciente. Estos objetivos incluyen inteligencia
general, nivel educativo, conocimientos específicos de la enfermedad y su
tratamiento; actitudes hacia la salud y la enfermedad, control que se percibe
sobre los síntomas psíquicos y fisiológicos, percepción de los costos y
beneficios de los posibles regímenes de tratamiento y expectativas hacia el
futuro. Todo ello abarca estilos cognitivos, filosofía de la vida y creencias
religiosas.
d) Objetivos conductuales: Incluyen lo que hace el paciente ahora (acción) y la manera como
lo hace (estilo). La acción principal involucra la evaluación de conductas
motoras, así como las expresiones faciales, posturas corporales, el contacto
visual, etcétera. Es extremadamente importante que el psicólogo de la salud
infantil evalúe hábitos previos de salud (ejercicio, regímenes alimentarios).
Asimismo,
es esencial poder dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Cuál es la
naturaleza y frecuencia de los contactos anteriores con servicios de salud?
¿Cuáles han sido los estímulos y consecuencias antecedentes de tales contactos?
(Oblitas, L. et al., 2010).
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