Otras estrategias
son:
a) Biorretroalimentación. Su objetivo principal es entrenar al paciente en el control
voluntario de sus procesos fisiológicos. Las dos formas más usadas incluyen el
electromiógrafo (EMG) y la temperatura de la piel. El EMG se utiliza para
entrenar a los sujetos en su tensión muscular y es útil en los desórdenes
músculo-esqueléticos. La temperatura brinda una medida indirecta de la presión
sanguínea periférica, por lo que se emplea en los desórdenes asociados con la
vasodilatación y la vasoconstricción.
b) Desensibilización sistemática.
Básicamente, se entrena al sujeto a emitir una
respuesta inconsciente con la ansiedad. Se presenta una jerarquía de
circunstancias asociadas de manera progresiva a la ansiedad y se repasan las escenas
en orden creciente, buscando siempre que el sujeto, cuando esté evocando dichas
escenas, se mantenga relajado (Wolpe, 1982).
c) Modelamiento. Se basa en la teoría del aprendizaje observacional, facilita la
adquisición de conductas adaptativas mostradas por el modelo (Bellack, Hersen y
Kazdin, 1982; Buceta, Bueno y Mas, 2000).
d) Entrenamiento de
habilidades y ensayo conductual. Esta estrategia
incorpora el modelamiento, el juego de roles y el ensayo conductual. Se le
enseñan habilidades específicas que facilitan el ajuste físico y psicológico
del paciente ante la situación hospitalaria, ante el personal médico y ante la
enfermedad.
e) Manejo de contingencias (Skinner, 1975; Buceta, Bueno y Mas, 2000). Su objetivo es
incrementar las conductas adaptativas y decrementar aquellas que no lo son. Los
procedimientos más empleados son: el reforzamiento positivo, el reforzamiento
negativo, el castigo, respuestas de costo y aproximaciones sucesivas. La
ventaja demostrada de esta estrategia es que puede administrarse por todo el
personal médico en el hospital, así como por los familiares en el hogar,
siempre y cuando hayan recibido un entrenamiento sistemático por parte del
psicólogo.
f) Estrategias cognitivas. Existe una gran variedad de éstas para producir un cambio
conductual; entre ellas está la distracción, el sosegamiento, la
reestructuración cognitiva, y la atención-distracción. El propósito de todas
ellas es alejar la atención del sujeto de los eventos estresantes, para lo cual
se usa la imaginación placentera, tareas de destreza mental, conteo en voz
alta, etcétera.
La reestructuración cognitiva es un término
genérico que describe una variedad de procedimientos incluyendo el
entrenamiento en inoculación de estrés (Ellis, 1980) y el entrenamiento en solución
de problemas; tales procedimientos capacitan al paciente en las relaciones
entre pensamientos, sentimientos y conductas que llevan a la promoción de
pensamientos adaptativos (Turk, Litt Salovey y Walter, 1985).
Cada una de estas técnicas debe adaptarse a
las características propias del niño o niños a los cuales será aplicada, como
niveles de comprensión del lenguaje, nivel de actividad, padecimientos
específicos, hospitalización, entre otras. (Oblitas, L. et. al., 2010).
Hospital Médica Sur:
Puente de Piedra No. 150. Torre I Consultorio 430 4to. Piso Col. Toriello
Guerra, Tlalpan. C.P. 14050. México, D.F. Tel. 5524-3051.
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