El incompetente emocional o débil
emocional manifiesta con frecuencia reacciones exageradas. Su respuesta
emocional ante acontecimientos normales está distorsionada: se enfada en
exceso, se molesta mucho; se siente ofendido sin causa aparente; se avergüenza
ante la presencia de nuevas personas y puede desarrollar fobia social; tiene
muy baja autoestima; considera que sus ideas, emociones y necesidades son
siempre inadecuadas y teme continuamente el mal efecto que según su punto de
vista, seguramente causará; a veces manifiesta exigencias exageradas o se aísla
y suele encontrarse melancólico y solo. Desde luego la ineptitud emocional es
uno de los síndromes de detención del desarrollo y requiere psicoterapia y/o
formación específica en desarrollo emocional.
El adolescente, muchacha o muchacho,
con incompetencia emocional preclínica, se ve rechazado por los demás, y
reacciona con explosiones de ira, susceptibilidad exagerada, tendencia a
agredir por motivos secundarios, disposición a darle mucha importancia tanto a
ganar como a perder en los juegos, y otras actitudes parecidas. En los casos
severos se produce depresión, baja de rendimientos y abandono del trabajo o de
la escuela. Al perderse la interacción humana con sus pares de la escuela o el
vecindario, el adolescente incompetente cae en un círculo vicioso en el cual se
cierran las nuevas oportunidades de desarrollo, situación que se agrega
frecuentemente a haber tenido desde el primer día de su vida una madre
rechazante o a haber vivido con padres restrictivos y neuróticos, o bien anárquicos
e irresponsables. (Robles, 2011).
Hospital Médica Sur:
Puente de Piedra No. 150. Torre I Consultorio 430 4to. Piso
Col. Toriello Guerra,
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