Robles (2002) refiere que el
desarrollo puberal se produce en la adolescencia temprana y su rasgo básico es
la maduración genital. En las sociedades superteconologizadas de nuestros días se
ha localizado en los últimos lustros un adelanto de ésta aproximadamente cuatro
meses de cada diez años, atribuible seguramente a las mejores condiciones de
nutrición y de higiene que disfrutan importantes sectores de la sociedad. En
nuestros días ha llegado a producirse la pubertad en niñas de hasta ocho años,
aunque muchas otras lo alcanzan después, incluso hasta los dieciséis años,
dependiendo esta variación tanto de factores hereditarios como nutricionales y
ambientales en general. Se observa que las niñas delgadas tienen pubertad retrasada
y las robustas, adelantada. Entre los niños se produce en algunos a los nueve y
en otros hasta los diecisiete años, también por condicionantes parecidas.
La menstruación es el evento
terminal de la pubertad en las niñas; antes se produce bello axilar y púbico, y
el crecimiento inicial de los senos. La menstruación puede producirse desde
cada 20 hasta cada 45 días, y al principio puede presentarse de manera
irregular durante algunos años; el flujo puede durar dos o tres días. Durante
esta etapa es especialmente importante el aseo genital, para evitar
infecciones. Si se produce comezón, olor fétido, ardor al orinar, color verdoso
o dolor al menstruar, es indispensable consultar al médico. También las
muchachas deben observar si alguno de sus senos parece tener bolitas internas o
si alguno de ellos da la impresión de quedar fijo cuando se suben y bajan los
brazos; en caso de que así ocurra, también debe buscarse consulta médica.
En los muchachos es importante el
aseo del glande, por lo que debe correrse el prepucio para permitir que se
realice de manera adecuada. El médico familiar o escolar, los maestros o los
padres, deben informar a los adolescentes de estas precauciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario