lunes, 23 de septiembre de 2013

Relación entre memoria emocional y memoria cortical: El arte de la psicoterapia

            Robles (2007) refiere que si el grito rechazante de un familiar, que prohíbe o que regaña, ha causado de manera reiterada temor en el niño o en el adolescente, más tarde la presencia de ese mismo familiar causará sensación de temor, aunque no esté gritando. Años después puede darse la situación de que el adolescente sienta temor ante la presencia de ciertos hechos o personas, sin explicarse porqué. Ello se debe a que persiste la memoria límbica, registrada en la amígdala, cuando la memoria cortical se ha ya desvanecido. De aquí que frecuentemente la persona tenga que esforzarse para recordar porqué cierto rostro, evento, música, figura, afirmación, grito, la deprime o la asusta, y la obliga a buscar en el pasado, las raíces de sus emociones presentes.


            Rastrear como las estructuras previas están relacionadas con nuestros sentimientos actuales, tiene la importancia de que recupera la intervención de la memoria cortical en la comprensión de las emociones, y en consecuencia las hace más racionales. Esta búsqueda de detalles significativos del pasado constituye la actividad central de la psicoterapia, la psiquiatría y el psicoanálisis, cuyo éxito reside en lograr poner en armonía los registros de la memoria emocional con los de la memoria cortical.


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