Es interesante conocer un poco la
historia reciente de los protagonistas en el poder de Siria. El anterior
gobernante Hafez al Azad nació en
una familia pobre de las montañas alauíes en el noroeste de Siria. Los alauíes
siempre han sido menospreciados por la mayoría sunita adinerada de Siria, Hafez
rompió con esto. Al subir al poder estableció un régimen en donde gobernó con
tiranía, abuso y uso del poder, siendo muy astuto al respecto.
Hafez
quería que su primer hijo, Bassel, fuera presidente; de hecho este último recibió
educación militar pero falleció en un accidente automovilístico en 1994; de
hecho era conocido como una persona temeraria y cruel. Hafez falleció en el
2000 debido a un paro cardiaco. Al morir
este dejó el poder a Bachar el cual heredó un régimen construido sobre una
lealtad familiar incuestionable y una
secta religiosa.
Los analistas aseguran que la guerra
civil es en parte el resultado de viejos resentimientos. La mayoría de la
población sunita está enojada después de décadas de gobierno de una familia
despótica perteneciente a una minoría, los alauíes. Pero Bachar al Asad al
cambiar las viejas costumbres de su padre realmente ha creado un “caos”, está
jugando con fuego.

Jugar con Fuego: Entre el bien y el
mal, entre la vida y la muerte. El respeto al fuego es enseñado y no innato.
Juego con los límites, con la desobediencia astuta. Prometeo se roba el fuego
de los dioses. A nivel emocional el fuego significa procurarse cosas buenas y
evitar otras malas. En las tribus primitivas los más jóvenes son los encargados
en las ceremonias de encender las hogueras y de conseguir los materiales y la
autorización de los mayores; esto remite al logro del permiso para la
satisfacción sexual y la creatividad.

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