martes, 3 de septiembre de 2013

El impacto de la recombinación genética con el medio ambiente en las conductas del adolescente

            Las nuevas generaciones heredan un mundo interno abundante de órdenes endógenas. Estas órdenes varían de sujeto a sujeto debido a que los genes maternos se combinan con los genes paternos; esta combinación produce individuos siempre diferentes. A esta variación se le ha conocido como “recombinación”, la cual constituye, especialmente en el ser humano, el principal mecanismo evolutivo. La dotación de posibilidades que la herencia porta, se pondrá de manifiesto por medio de la interacción con el ambiente; de aquí que solo lleguen a realizarse las que ese ambiente permita. Las recombinaciones, más las mutaciones, más la interacción con el ambiente, dentro del “pool” genético de la población, explican la filología como un proceso de variaciones endógenas.

            La estructura del genoma humano, con millones de unidades de información y millones de años de evolución, es el más complejo resultado de la capacidad de adaptación de la materia viva, ante la acción del ambiente. La información ambiental ha ido modelando poco a poco el genoma de las diferentes especies, y sigue influyendo con sus cambios, tanto en la filogenia como en la ontogenia.

            El genoma nos hereda un “sistema de actos”. Estos actos se manifiestan como instintos, los cuales se han definido como aprendizajes arcaicos que han llegado a configurar patrones heredados de comportamientos de sobrevivencia; éstos se complementan con estructuras aprendidas. Los instintos proveen al sujeto de una multitud de indicadores predecibles de comportamiento, los cuales pueden ir desde el amor hasta el rechazo o desde la agresión hasta la huida, según los estímulos a los que se le someta. Los comportamientos instintivos están vigorosamente regulados por la inteligencia, de aquí que cuando ésta disminuye por trauma, enfermedad o adicciones, el sujeto propenda a comportarse de manera primaria o brutalizada. También la falta de desarrollo de la inteligencia, por haber permanecido en la incultura, lleva a manifestar brutalización de la conducta. Por lo anterior, se tiene un adolescente con comportamiento humanizado cuando el mismo ha tenido la oportunidad de desarrollar su inteligencia, ya que es sólo esta la que puede moderar y dirigir sus acciones. 



            Ni el sistema de comportamientos heredados ni la inteligencia se desarrollan normalmente si se les daña mediante la retención de información ambiental o mediante el suministro de información equivocada. Los famosos patitos de Lorenz (1988) los cuales lo seguían a él como si fuera su madre, debido a que se les proporcionó información equivocada, que los condujo a ese comportamiento anormal. Lo mismo ocurre con la retención o la falsificación de información en cuanto al desarrollo del niño y del adolescente.


            La retención de información ocurre en ambientes estrechos, y la falsificación proviene de ambientes corruptos; ambas pueden infligir suficiente daño como para convertir en disfuncional y desdichada la vida de muchos adolescentes. (Robles, 2002).

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