viernes, 27 de septiembre de 2013

Educación alimentaria en los adolescentes

            Uno de los primeros puntos de  la educación alimentaria que el adolescente debe saber es aprender que lo que comemos se debe corresponder con lo que nos desgastamos en el trabajo y en el ejercicio. Si comemos menos de lo que necesitamos, llegaremos a la desnutrición; si comemos más llegamos a la gordura. En este último caso los nutriólogos han puesto de relieve algunas verdades importantes, como por ejemplo, que son tres los alimentos que se transforman en obesidad cuando son ingeridos en exceso: las grasas, las harinas y los azúcares.

            La recomendación profiláctica general para los adolescentes es la de evitar frituras, las carnes grasosas, los alimentos muy dulces, como chocolates, refrescos embotellados y mermeladas, los preparados de harina refinada como pasteles y bizcochos, Debe aumentar en cambio el consumo de alimentos ricos en vitaminas, minerales y fibras vegetales, tales como las frutas y las verduras, tomar bastante agua sola e ingerir proporciones adecuadas de alimentos proteínicos, como gelatina, por ejemplo.

           Es indispensable también evitar el consumo de “alimentos chatarra”. Los médicos, especialmente los de las instituciones públicas como el IMSS y el ISSSTE, reportan un aumento continuo de gastritis en niños y adolescentes, --padecimiento antes ausente en estas edades—atribuibles al consumo de esos alimentos. Los mismos presentan graves desventajas, además del costo exageradamente alto: baja capacidad nutrimental, exceso de irritantes gástricos, abuso de harinas, sal y grasas, y propiciar el consumo a cualquier hora, lo que desorganiza la emisión de jugos. Todo reunido está ubicando la gastritis como un nuevo padecimiento juvenil, antes reservado sólo a los adultos de vida muy agitada. Hay que hacer notar que las secuelas de la misma pueden ser severas.


            Para mejorar los hábitos alimenticios es importante la asistencia de todos los adolescentes a la consulta con el nutriólogo, ya que cada muchacho tiene necesidades diferentes, por lo que se requiere que las prescripciones nutriológicas se hagan de manera individualizada, pues se encuentran casos de obesidad por dieta mal balanceada, hasta anemia, por insuficiencia de nutrientes. A la necesidad, cada vez mejor clarificada, de conocer y practicar una nutrición sana, se debe la difusión que ha tenido en los últimos años la ciencia de la nutriología, así como el aumento en la costumbre del público a consultar al nutriólogo como método eficiente de prevenir enfermedades. (Robles, 2007).


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