miércoles, 24 de julio de 2013

Temporalidad y cultura adolescente

            La cultura adolescente tampoco se sitúa en un espacio específico, está en todas partes. Puede ser la “recámara” (jugando un video, computadora…), pero su lugar predilecto está afuera, “en la calle”, y no sólo por necesidad, sino a veces por gusto. Se ve todos los días con los nuevos deportes de deslizamiento (patineta, patines) o el grafismo (pintas, grafittis). Ahí es donde establece su domicilio, donde sus miembros se siente más a gusto. 

          
  A los adolescentes les tienen sin cuidado las categorías temporales de los especialistas y sus clasificaciones. Espacios públicos, privados, intermedios, las palabras no les importan. Lo único que cuenta para ellos es la libertad de ir y venir que les ofrecen más fácilmente los lugares abiertos (bien se sabe hasta que punto a los ravers les encantan los espacios campestres). Sólo importan aún la calidad del lugar (musical o deportivo) y su adaptabilidad permanente, puesto que a los adolescentes les gusta poder cambiar de actividad al capricho de su intereses. (Fize, 2007).

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