En realidad no son inexpertos; por
el contrario, los adolescentes tienen experiencias en su haber (debido entre
otras cosas a sus conocimientos tecnológicos) e inteligencia de sobra.
Fize
(2007) menciona que de acuerdo con las pruebas establecidas por el psicólogo
David Wechsler a fin de estudiar la inteligencia verbal y la inteligencia
práctica, encontró que es entre los 15 y 25 años de edad cuando las capacidades
de estos dos campos están más desarrolladas. Philippe Gutton considera incluso
que la inteligencia de los adolescentes, en el sentido de la agilidad mental y
de capacidad de comprensión, es mayor que la de sus padres, entre otras cosas
porque se basa en experiencias constantemente renovadas.
La adolescencia es sin duda una de
las fases más fecundas de la existencia. Por un lado, el cuerpo se acerca a la
morfología adulta y adquiere madurez sexual; por el otro, la mente prosigue un
trabajo de estructuración intelectual, con una disponibilidad que favorece la
creatividad y la previsión.
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