Robles (2011) refiere que las causas
son:
1) El debilitamiento de la cohesión del
núcleo familiar, esto debido a las largas jornadas de trabajo que suelen
realizar tanto los padres como las madres.
2) La falta de atención entre los
miembros de la familia y la reducción de los estímulos de la relación humana,
tanto los lingüísticos como los emocionales, que son más sutiles pero muy
importantes.
3) El debilitamiento de los lazos con
la llamada “familia grande”, es decir, los tíos, sobrinos, primos, cuñados,
etc. Esto se da debido principalmente a la dispersión de las familias en las
ciudades grandes. Esto debilita la estabilidad y la riqueza emocional, así como
los procesos de identidad del yo, el cual puede quedar inmerso en ambientes
limitados, más vulnerables a los incidentes de la vida.
4) La incertidumbre, que puede llegar a
ser abrumadora, en cuanto al futuro, especialmente en lo que toca a los
problemas de sobrevivencia y empleo.
5) El incremento de sucesos
traumáticos: pérdida de trabajo por los padres, divorcio, abandono, accidentes,
agresiones delincuenciales, violencia intrafamiliar, etc.
6) Los espacios recreativos y
culturales limitados: falta de espacios verdes, pocos campos deportivos,
escasas o nulas bibliotecas, muy pocos sitios donde se facilite la convivencia
familiar y espacios congestionados por exceso de personas y automóviles.
7) La soledad, abandono, inestabilidad,
son fenómenos comunes en las grandes ciudades; como nadie está en casa, los
niños y los adolescentes se dedican a ver televisión o al vagabundeo.
8) El incremento de individualismo y
decremento de la solidaridad.
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