En la actualidad es preocupante el
incremento del consumo de tabaco, alcohol y drogas ilícitas en los
adolescentes. Por ejemplo, en Europa se estima que dos de cada tres
adolescentes de 16 años ya han fumado al menos un cigarrillo en su vida. En
cuanto al alcohol se ha comprobado que cada vez se comienza a tomar más
temprano; la cerveza encabeza la lista, seguida de los licores y el vino.
También se ha comprobado que cada vez son más los jóvenes que fuman marihuana.
El consumo de marihuana también resulta cada vez más precoz. Hoy en día desde
los 11 ó 12 años ya han tenido experiencias con la marihuana, sobre todo al
entrar a la secundaria. En cuanto a las drogas “duras” como la cocaína, la heroína, y el éxtasis, el consumo se ha
duplicado desde 1993.
Esta realidad hace que la situación
actual entre los adolescentes sea alarmante y todavía más cuando los productos
tóxicos suelen ser combinados unos con otros, creando estados de poli
toxicomanía. Es conocida por ejemplo la asociación frecuente entre alcohol y el
tabaco. Si se consume con regularidad una de estas sustancias, resulta mayor el
riesgo de consumir la otra con la misma regularidad. También es conocida la
combinación que puede existir entre productos lícitos y productos prohibidos.
El consumo de una droga lícita multiplica por nueve el riesgo de consumo de una
droga ilícita, principalmente la marihuana.
Todos estos consumos de productos
tóxicos reflejan el indudable malestar de unos jóvenes que tienen cada vez más
dificultades para integrarse y encontrar un lugar en la sociedad.
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