Ramírez (1987) menciona que en función del desarrollo
emocional, el ser humano necesita desarrollar una diferenciación completa de 3
grandes áreas llamadas I.
Placer-Displacer, II. Interno-Externo
y III. Representación del
Self-representación de Objeto (es decir, representación de sí mismo y
representación de los demás). Para lograr estas diferenciaciones el sujeto debe
pasar por una serie de periodos llamados 1-.
Autoerotismo, 2-. Narcisismo
Primario, 3-. Anaclisis, 4-. Narcisismo Secundario y 5-. Complejo de Edipo.
(Freud).
1-.
AUTOEROTISMO:
En relación al
período 1, autoerotismo, para algunos autores se usa como
sinónimo de narcisismo primario, no diferenciándolo de éste; sin embargo, al
describir el desarrollo psicosexual, S. Freud (1914) nos habla de una primera
etapa o fase a la que llama “autoerotismo” enfatizando que: “…el carácter más
notable de esta actividad sexual lo constituye el hecho de que el instinto no
se orienta hacia otras personas, encontrando su satisfacción en el propio
cuerpo, esto es, es un instinto autoerótico, para calificarlo con el neologismo
puesto en circulación por H. Ellis.”
Este periodo
tiene como característica el sentimiento de omnipotencia total, de sincretismo
(armonía, concordancia, conciliación, condensación, etc.) total, ausencia de
todo proceso de diferenciación, aun de los más primarios, pues, como señala
Jacobson, el periodo autoerótico se puede definir como un estadio de existencia
de un “self psicofisiológico primario silencioso” donde la excitación de origen
instintual no se puede diferenciar entre agresiva o libidinal, placentera o
displacentera y donde los estados tensiónales provocados por estimulación
externa o interna son descargados por canales preformados visceralmente o
motora y excretoramente. Durante el tiempo que dura esta fase, que es muy
variable, se encuentra funcionando la “barrera de estímulos primaria” que
describe Spitz, que protege al niño del exceso de estimulación.
Como se
observa, este período es aceptado por casi todos los autores, correspondiendo
al de dependencia absoluta de Winnicott, self psicofisiológico primario
silencioso de Jacobson, autismo normal o periodo sin objeto de Spitz, autismo
normal en Mahler, estadio primario indiferenciado o autismo normal de Kernberg
y estadio del self fragmentado en Kohut. En el caso de Klein no acepta este
período ya que desde el inicio de la fase esquizoparanoide, ella piensa en la
existencia de la estructura del ego, y de la presencia de protofantasías
(representaciones de los impulsos de vida y muerte).
Respecto de
los cuestionamientos últimos del grupo de Margaret Mahler, en relación a un
mayor grado de actividad en el infante humano desde la primera semana de vida
extrauterina, en una fase que están pensando denominar “búsqueda de acomodo en
el mundo”, los experimentos encontrados hasta ahora parecen indicar que lo que
se desarrolla más tempranamente de lo que se pensaba son las áreas de autonomía
primaria, que sólo son eficientes en el desarrollo de las relaciones de objeto
cuando se alcanzan los estadios de diferenciación adecuados. Parecería que lo
que se está discutiendo, en el fondo de este asunto, es la existencia o no de
un período temprano de grandiosidad del self normal, en el que, como señalaba,
están de acuerdo casi todos los autores consultados; así como están unánimes en
que una detención en esta etapa, un mantenimiento de la barrera primaria de
estímulos, conduce a una patología autista.
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