Ramírez (1987)
menciona que en función del desarrollo emocional, el ser humano necesita
desarrollar una diferenciación completa de 3 grandes áreas llamadas I. Placer-Displacer, II. Interno-Externo y III. Representación del Self-representación
de Objeto (es decir, representación de sí mismo y representación de los
demás). Para lograr estas diferenciaciones el sujeto debe pasar por una serie
de periodos llamados 1-. Autoerotismo,
2-. Narcisismo Primario, 3-. Anaclisis, 4-.
Narcisismo Secundario y 5-. Complejo de Edipo. (Freud).
4-.
NARCISISMO SECUNDARIO:
El narcisismo
secundario como concepto fue utilizado por Freud en 1914 para connotar un
fenómeno patológico: La retirada de catexis de objeto y su retorno al yo para
formar una realidad restitutiva, característica de los cuadros psicóticos
(Freud, 1914).
Naturalmente, el
concepto evolucionó, sobre todo a partir de 1923, cuando Freud conceptualiza
que el carácter del yo se forma de los precipitados resultantes de la retirada
de las catexias de los objetos y su ulterior depósito en el yo; que esto era un
fenómeno normal al que se llama identificación, y que probablemente es la manera
principal como el yo se hace de energías instintuales neutralizadas al ligarse
a la representación del objeto abandonado. Y la explicación psicoanalítica de
la esquizofrenia se dirigió más hacia la hipótesis económica haciendo resaltar
la poca capacidad de neutralización de estos pacientes, como lo señala Hartmann
(1950).
Así, el
narcisismo secundario, se coloca como el período de las internalizaciones en
forma de mecanismos de identificación que permiten el crecimiento de la
estructura del yo. Estando ya en el período de separación-individuación, al
entrar al período de práctica y superada la subfase de separación, al niño se
le presenta la oportunidad de recobrar la omnipotencia cedida al objeto a
partir de sus logros en la fase de práctica, apoyados éstos por el creciente
dominio de sus funciones de autonomía primaria y por la adquisición de la magia
del lenguaje. Aquí se presenta el tercer organizador de Spitz: “la comunicación
semántica” que tiene como indicador el no,
Esta respuesta está denotando dos fenómenos muy importantes: El primero es la
afirmación de la autonomía, que es tanto como decir que el niño ya sabe que él
es él, y no una parte de otra cosa; y el segundo es que al recurrir a un gesto
verbal, está demostrando una capacidad de control interno, que presupone que
las internalizaciones están ya operando.
En este
momento la omnipotencia de nuevo llega a su cúspide y el niño se encuentra en
el romance con el mundo, su individuación progresa a pasos acrecentados, y sin
embargo, el mundo no siempre es parte de su omnipotencia y esto precipita la
crisis de reaproximación, tan bien descrita por Mahler. Esta es la última gran
crisis de la primera infancia, donde, ante la amenaza de que el mundo y sus
propios impulsos hacen sobre la estructura del niño, le llevan a buscar la
solidez del regazo materno, en búsqueda de una confirmación de su valor, de un
principio de su autoestima que al serle confirmada se internaliza y prepara al
niño al logro de nuestro quinto período.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario