lunes, 19 de agosto de 2013

El punto de equilibrio en los adolescentes

            Para cada uno de los múltiples conflictos físicos, emocionales o intelectuales, cada adolescente busca su punto de equilibrio. Las ubicaciones hacia cualquiera de los polos, son casi siempre inconvenientes; por ejemplo, no es deseable permanecer ni muy excitado ni demasiado tranquilo. Lo que se busca es la combinación emocional adecuada para responder a los requerimientos de cada una de las situaciones que nos presenta la vida. Lo “adecuado” es un equilibrio que permite alcanzar objetivos deseados, en una situación en la que intervienen algunas o numerosas fuerzas. Localizar lo adecuado, por lo mismo, requiere permanente atención y esfuerzo; también de evaluación oportuna y de modificación de caminos. Todo es posible si se cuenta con elementos básicos de conocimiento de las estructuras de las situaciones y con la voluntad personal de entenderlas y de manejarlas.


            Los adolescentes no se desarrollan al mismo ritmo; unos son más rápidos en algunos aspectos, aunque sean más lentos en otros. En general, el desarrollo es asimétrico, es decir, que no es igual en todos los aspectos de la personalidad; se puede ser, por ejemplo, hábil en matemáticas y torpe en modelado, o tener mucha capacidad espacial y poca lingüística. De ello se desprende la necesidad de observar el desarrollo del adolescente para llegar a reconocer sus capacidades y flaquezas; unas y otras deben ser apoyadas a su nivel, sin exigir demasiado de ninguna, Cuando se quiere forzar el ritmo, ir más rápido o más lento de lo que es naturalmente posible, se perturba el desarrollo normal del muchacho. (Robles, 2011).

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